TOPI TOP
Aquilino Flores nació en la región de
Huancavelica en una familia de escasos recursos. “Caminábamos a la escuela unos
4 kilómetros de ida y 4 kilómetros de venida, y el almuerzo para todo el día
era maíz tostado con un poco de queso”, aseguró en 2011, en un diálogo con The
Wall Street Journal.
Es por ello que viajó a los 12 años a la ciudad de
Pisco para trabajar en el apañamiento de algodón. En la década del 60, se
trasladó a Lima, donde pasó por diferentes trabajos, tales como el lavado de
autos y la venta de ropa en las calles de la capital.
El joven huancavelicano se caracterizaba por su
carisma y su habilidad para los negocios. Tras iniciar con la venta de prendas,
Flores percibió que había un nicho que podía explotar. Fue así que en los años
70 decide invertir en máquinas de coser con sus ahorros e implementar un taller
de confección.
Por estos años, Aquilino también
decide costear los pasajes de sus hermanos Carlos, Marco, Armando
y Manuel para que se trasladen a Lima desde Huancavelica. En una
entrevista en 2007 para la revista Lidera de la Pontífice Universidad Católica
del Perú (PUCP), el joven emprendedor precisó que iniciaron de manera informal,
pero tuvieron buen recibimiento del público por la calidad de sus productos.
“Éramos informales, pero con nuestro
trabajo comenzamos a tener la aceptación del público, que vio en nuestros
productos el reflejo de una filosofía aplicada que perdura hasta hoy y que
marcó la pauta de nuestro crecimiento: precio, moda y calidad”, aseguró. De
esta manera, Aquilino Flores decide fundar en 1983 junto con sus hermanos Topy
Top S. A.
¿Cuáles
fueron los inicios de Topitop?
Según un artículo publicado en 2014 por el entonces decano de la
Facultad de Economía de la UPC Daniel Córdova, uno de los momentos más importantes
en los inicios de Aquilino como productor de prendas de vestir fue cuando un
comerciante de Desaguadero, la ciudad fronteriza entre Perú y Bolivia, le
solicitó producir 10.000 camisetas de colores. En 1986, los hermanos Flores
inauguran la primera sede de Topy Top en la ciudad de Lima. Posteriormente,
abrieron tiendas en Arequipa, Piura, Trujillo y otras regiones del país.
“Teníamos clientes en casi
todos los departamentos. Nuestros vendedores mayoristas progresivamente fueron
penetrando el mercado y nos demandaban variedad de productos. Decidimos comprar
máquinas circulares, tintorerías y todo lo necesario para garantizar la calidad
de la tela. Esto nos dio el soporte necesario para desarrollar la calidad
total, pues ya habíamos desarrollado bien la manufacturación y el estampado”,
aseguró a la revista Líder.
En 1995, inauguran una planta
modelo para exportar sus productos a Argentina, Chile, Brasil, Ecuador,
Paraguay, entre otros. Para el 2005 se convirtió en el primer exportador de
productos textiles y confecciones del Perú. Dos años más tarde, en 2007, la
empresa pasa a llamarse Topitop. Actualmente, tienen 70 tiendas en el
territorio nacional y cuentan con más de 10.000 empleados.
¿Qué
retos tuvo que superar Aquilino Flores?
Uno de los retos que Aquilino
tuvo superar en sus inicios como negociante fue obtener financiamiento. Los
bancos desconfiaban de su emprendimiento y pensaban que no iba a poder devolver
el monto prestado. Sin embargo, ante su insistencia, accedieron, por lo que
pudo invertir y expandir su negocio. Posteriormente, pudo pagar sus deudas, lo
cual le ayudó a conseguir nuevos préstamos. La pandemia de la COVID-19
significó un reto para la compañía. Al igual que otras empresas, tuvieron que
cerrar algunas tiendas y fortalecer su plataforma digital para incrementar la
venta de sus productos.
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